Desvelando la Alteración: Ejemplos de la Influencia de la Iglesia en los Textos Bíblicos

En un sermón reciente, Ashley Wilkerson, pastora principal de la Iglesia de la Costa del Pacífico en Tacoma, Washington, generó controversia al sugerir que los traductores de la Biblia podrían haber alterado las Escrituras para minimizar los roles de las mujeres como líderes en la iglesia primitiva. Si bien sus afirmaciones han provocado debate, con algunos desestimando sus argumentos por carecer de evidencia y promover una "agenda antibíblica", Wilkerson permanece firme en su posición, inspirada por académicas como Beth Allison Barr. Este debate se inserta en discusiones más amplias dentro del cristianismo sobre los roles de las mujeres en el ministerio y la interpretación errónea y la mala traducción de los textos bíblicos. Quiero hablar sobre este último.

En mi artículo anterior, hablé sobre cómo la palabra "homosexual" fue añadida a la Biblia en 1946 en un movimiento altamente cuestionable éticamente por parte de las autoridades religiosas. También he mencionado cómo otros versículos se han sacado de contexto para vilipendiar a la comunidad gay. Un ejemplo fácil sería cómo la historia de Sodoma está tan comúnmente asociada con la homosexualidad que el término "sodomía" fue añadido al diccionario, aunque su significado no tiene nada que ver con el verdadero pecado de Sodoma. Es interesante que la pastora Ashley resaltara una manera en que la Biblia ha sido mal traducida para manipular la narrativa de la iglesia. Pero ¿cuáles son otros ejemplos de casos en que esto ha sucedido?

Además de las mujeres en liderazgo y la homosexualidad, la historia de la traducción bíblica está llena de instancias en las que las agendas teológicas y políticas influyeron en la versión de los textos. Durante la Reforma Protestante, por ejemplo, Martín Lutero, una figura destacada de la Reforma Protestante, realizó contribuciones significativas a la traducción de la Biblia a lenguajes vernáculos, especialmente al alemán. Si bien los esfuerzos de Lutero buscaban democratizar el acceso a las Escrituras, sus traducciones no estaban exentas de sus sesgos teológicos. Lutero, siguiendo sus convicciones de sola fide (justificación solo por la fe) y sola scriptura (solo la Escritura), realizó sutiles alteraciones en ciertos pasajes para enfatizar su postura teológica. Por ejemplo, en su traducción de Romanos 3:28, Lutero añadió la palabra "allein" (solo) después de "fe", reforzando su doctrina de la salvación solo por la fe, un cambio que no se encuentra en el texto griego original.

De manera similar, el Concilio de Nicea, convocado en el siglo IV bajo el emperador Constantino, desempeñó un papel fundamental en la conformación del canon de la Biblia y en la determinación de la doctrina cristiana ortodoxa. Si bien el Concilio no participó directamente en alteraciones textuales, sus decisiones sobre qué textos debían incluirse en el canon tuvieron repercusiones significativas en la interpretación de las Escrituras. Ciertos textos, como el Evangelio de Tomás y el Evangelio de María Magdalena, fueron omitidos del canon debido a preocupaciones sobre su coherencia teológica con la ortodoxia emergente. Esta exclusión reflejaba los esfuerzos del Concilio por consolidar una identidad cristiana unificada y combatir las herejías percibidas, dando forma a la narrativa del cristianismo durante siglos.

También existen instancias históricas donde la Biblia ha sido mal traducida o interpretada erróneamente para justificar guerras, esclavitud y discriminación contra personas de color. Por ejemplo, durante la era de la colonización europea, algunos misioneros y líderes cristianos malinterpretaron pasajes bíblicos para justificar la subyugación y esclavización de los pueblos indígenas. Versículos como Efesios 6:5, que instruye a los esclavos a obedecer a sus amos terrenales, fueron manipulados para mantener la institución de la esclavitud.

Del mismo modo, durante períodos de segregación racial y discriminación, ciertas interpretaciones de textos bíblicos se utilizaron para justificar el maltrato de personas de color. Pasajes como la Maldición de Cam en Génesis 9:20-27 fueron malinterpretados para perpetuar ideologías racistas, asociando falsamente la piel oscura con un castigo divino e inferioridad.

Los contextos culturales a menudo han coloreado la interpretación de los textos bíblicos, lo que ha dado lugar a variaciones en las traducciones en diferentes regiones y comunidades. En algunos casos, estas interpretaciones se han apartado del significado original del texto, reflejando los sesgos y normas culturales prevalentes en el momento de la traducción.

A la luz de estas realidades históricas, académicos y teólogos abogan por un examen crítico de las traducciones bíblicas, alentando a los lectores a involucrarse con los idiomas originales y los contextos para obtener una comprensión más profunda de las Escrituras. Al reconocer la influencia de diversos factores en la traducción e interpretación de la Biblia, las personas pueden acercarse a los textos sagrados con un ojo crítico, esforzándose por descubrir sus verdades eternas en medio de las complejidades de la interpretación humana.

En última instancia, el camino hacia la comprensión de la Biblia está lleno de desafíos y matices, ya que atraviesa los corredores de la historia, la cultura y la interpretación humana. Al reconocer las instancias en las que la iglesia ha influido en los textos bíblicos, avanzamos hacia un compromiso más matizado y honesto con las escrituras sagradas, buscando desentrañar las profundas verdades que trascienden las limitaciones de la interpretación humana.

En conclusión, este artículo enfatiza la necesidad crítica de reconocer que las traducciones actuales de la Biblia no son infalibles, especialmente cuando se usan para justificar el odio, la discriminación y la homofobia. Independientemente de la versión de la Biblia que uno posea, no hay versículo alguno que prescriba el maltrato o la exclusión de la comunidad gay. Por el contrario, todas las versiones enfatizan el principio fundamental y el mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo. Este principio es fundamental para todos los cristianos, independientemente de la orientación sexual, subrayando el llamado universal a la compasión, la empatía y la inclusión dentro de la fe cristiana.

Referencias:

Pelikan, Jaroslav. "Obras de Lutero, Volumen 35: Palabra y Sacramento I." Editorial Concordia, 1958.

Eusebio. "La Historia de la Iglesia." Clásicos de Penguin, 1989.

Levine, Amy-Jill, y Marc Z. Brettler. "El Nuevo Testamento Anotado Judío." Editorial de la Universidad de Oxford, 2011.

Padgett, Alan G. "Traduciendo la Biblia: Problemas y Perspectivas." Baker Academic, 2012.

Boswell, John. "Cristianismo, Tolerancia Social y Homosexualidad: Personas Gays en Europa Occidental desde el Comienzo de la Era Cristiana hasta el Siglo XIV." Editorial de la Universidad de Chicago, 2015.

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